viernes, 18 de diciembre de 2009

Francisco

Paco es el tercero de los hijos de Francisco y Josefina. Segundo varón de 9, le tocó todavía la primera etapa de la familia: el tiempo en que el papá vendía jaulas para pájaros hechas por él mismo, con varitas de madera.

Entre él y Silvia existió siempre un cariño especial. Dicen los que lo vivieron, que en algún cumpleaños de su hermana la "mayora" él le compró un pastelito con el dinero que fue guardando, pero debido a su carácter introvertido, no se atrevió a dárselo en la mano, sino que lo puso en un lugar donde seguro ella lo vería y espió para cerciorarse de que lo tomaría. Una vez que ello ocurrió, él salió corriendo y ella, conmovida, dejó escapar una lágrima.

En otra ocasión, llegó un muchacho mayor a reclamarle a mi abuelita que Paco le había pegado con una vara mientras él estaba sentado en la calle. La explicación que dio Paco fue sencilla: el otro le había dicho cosas a su hermana momentos antes, al pasar por el sitio donde el gandul se encontraba.

El tío Paco siempre, siempre, fue el más consecuente con sus sobrinos. Nos llevaba a pasear, nos ponía columpios en la casa de los abuelitos, nos ponía un tubo horizontal para hacer acrobacias, ¡nos preparaba palomitas! (¡pop! ¡pop! ¡pop!, ¿recuerdan?).

Cuando estudiaba ingeniería en el D.F. vivió con sus hermanos Sergio, Chela y creo que Héctor. En algún momento todos ellos cocinaron, pero Paco fue entre los varones el más entusiasta en hacerlo.

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